jueves, 6 de marzo de 2025

La Paradoja Democrática: Reivindicación del Operativo Independencia y el Riesgo de un Estado Genocida

 Manifiesto de las Organizaciones de Derechos Humanos de Salta

Construida con IA Generativa Grok

Las organizaciones de Derechos Humanos de Salta manifestamos nuestra profunda preocupación ante la reivindicación del Operativo Independencia por parte del gobierno nacional y de ciertos grupos locales que ensalzan la figura de los conscriptos del servicio militar de 1973 y 1974. Consideramos alarmante la intención de construir una narrativa que glorifica a soldados que, si bien fueron víctimas de órdenes emitidas por un gobierno en deriva autoritaria, también fueron partícipes de un aparato represivo.

Nos inquieta el estancamiento de los juicios vinculados al Operativo Independencia y la imperiosa necesidad de analizar cómo se gestó la represión estatal bajo gobiernos formalmente democráticos. En este sentido, reafirmamos nuestro compromiso con la memoria de las víctimas y la conexión de los sucesos del pasado con la actual coyuntura política, especialmente en relación con las políticas implementadas por el gobierno de Javier Milei.

El gobierno nacional actual reivindica y conmemora explícitamente el Operativo Independencia, organizando desfiles y actos en Tucumán, en paralelo a las conmemoraciones de las organizaciones de víctimas de este operativo. Esta situación plantea una contradicción fundamental: ¿cómo un gobierno elegido democráticamente puede llegar a convertirse en un gobierno terrorista y genocida, capaz de institucionalizar abiertamente el Operativo Independencia e intervenir provincias, como la Salta de Ragone?

Proponemos que se haga un análisis profundo sobre cómo un gobierno electo puede derivar en prácticas genocidas. Si bien en el contexto actual se argumenta que no se llevan a cabo secuestros ni asesinatos como en el pasado, sostenemos que el gobierno está "matando de hambre" y destruyendo al país de otras maneras, generando incertidumbre sobre los límites de su accionar. Instamos a que se comprendan los mecanismos y las condiciones que permiten la erosión de la democracia y la emergencia de formas de violencia estatal, incluso bajo un manto de legitimidad electoral.

Frente al desguace día a día de los recursos, las instituciones y la democracia de los argentinos, y de la crueldad de una conducción que desprecia al Estado e infringe sufrimientos innecesarios a los ciudadanos, vemos la necesidad de poner en debate una "etapa oscura" de la historia que se evita discutir y que presenta similitudes con la situación actual. Esta conexión con el presente no se realiza por una cuestión meramente histórica, sino por la importancia política de analizarla en el contexto de las acciones del gobierno actual. Es la etapa del Operativo Independencia en Tucumán.

El Operativo Independencia fue un despliegue militar en la provincia de Tucumán, iniciado el 5 de febrero de 1975 bajo el gobierno de María Estela Martínez de Perón, y que se extendió hasta 1979. Su objetivo declarado era "neutralizar y/o aniquilar el accionar de elementos subversivos", en particular el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). El operativo implicó una escalada de la represión estatal, con graves violaciones a los derechos humanos, incluyendo desapariciones, torturas y asesinatos. Se considera un antecedente clave del terrorismo de Estado que caracterizó a la dictadura militar que tomó el poder en 1976.

Para comprender la intrincada y profunda relación entre el Operativo Independencia y la erosión de las instituciones democráticas, es crucial establecer una cronología precisa de los actos represivos. La pregunta central es: ¿cuándo se inició la represión estatal? ¿Fue el 5 de febrero de 1975, con el decreto de Isabel Perón que oficializó el Operativo? ¿O acaso se remonta a 1974, con la intervención de las provincias consideradas "subversivas"?

En estas provincias intervenidas (Córdoba, Formosa, Mendoza, Salta y Tucumán), se desató una represión ilegal, marcada por muertes y desapariciones, sin un decreto del Poder Ejecutivo que regulara las condiciones de la vida cotidiana. Tardíamente en 1975, el Operativo Independencia fue legalizado mediante un decreto que extendió la represión a toda la región, e Isabel Perón designó a Videla como jefe de las fuerzas armadas.

 

Salta y la conmemoración de la Batalla de Salta como escenario de reivindicación del Operativo Independencia

En Salta la gestión del gobernador Sáenz evidencia un marcado cambio de paradigma respecto a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia construidas en Salta durante las administraciones post-dictadura, alineándose con las simpatías manifestadas hacia el gobierno nacional de Milei. Esta nueva orientación se ha manifestado de manera palpable en los actos conmemorativos de la Batalla de Salta del 20 de febrero, donde desfilan soldados del Operativo Independencia junto a veteranos de Malvinas, revelando una preocupante ambigüedad ideológica y las consecuencias de una política nacional que favorece los intereses del imperialismo estadounidense.

Para la gestión del gobierno provincial, esta tendencia se traduce en una política de entrega de recursos naturales, confundiendo el progreso de los salteños con la oportunidad de negocios para unos pocos, bajo una lógica colonialista. La inclusión de regimientos de Orán y Tartagal en el desfile tradicional, unidades implicadas en crímenes de lesa humanidad, es una afrenta a la memoria y un claro mensaje de impunidad.

La prohibición de ingresar banderas de familiares de desaparecidos en la conmemoración de 2024, contrastando con la presencia de los "héroes" del Operativo Independencia, evidencia la oposición del gobierno provincial a los procesos populares de Memoria, Verdad y Justicia. El 20 de febrero debe ser un día de reivindicación de la liberación nacional y la soberanía, no un escenario para la exaltación de la entrega y la violencia fratricida.

La línea que conecta los fusilamientos de Famaillá en 1975, la designación de Videla como comandante de las Fuerzas por Isabel Perón ese mismo año y la presencia de Victoria Villarruel en el palco oficial de la Batalla de Salta 2024, es una clara muestra de las reivindicaciones y políticas públicas en materia de seguridad, represión y economía, que confunden intereses privados con bienestar público. La pregunta que surge es inevitable: ¿a quién invitará el gobernador Sáenz el próximo año para conmemorar la Batalla de Salta?

El Operativo Independencia no se localizó solo en la guerrilla de Tucumán, sino que fue un Operativo de alcance regional.

En Salta, este Operativo extendió el clima de represión y se cobró las primeras muertes y desapariciones desde un año antes que se imponga abiertamente la Dictadura del ’76.

Todos los muertos de Rosario de Lerma en 1974 relacionados a las luchas rurales en el ámbito del tabaco, los asesinatos Guillermo Álzaga, secretario general del Sindicato Único de Empleados del Tabaco de la República Argentina y la de Felipe Burgos y la federación única de sindicatos de trabajadores campesinos y afines (FUTSCA); son estrategias en el marco del Operativo Independencia.

También las muertes del periodista Hector Jaime y del militante Eduardo Fronda. Y el magnicidio del ya intervenido Gobernador Miguel Ragone. El Operativo aseguraba la zona liberada entre Santiago del Estero y Salta pasando por Tucumán, desde donde se robaron los autos que intervinieron en el secuestro y asesinato de Ragone en 1976, antes del anuncio de la Dictadura. El secuestro de Ragone se inscribe en el contexto del Operativo Independencia.


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