El concepto de "estado de la crueldad" no es una categoría jurídica formal, sino una herramienta analítica que permite comprender las dinámicas de poder y violencia en ciertos regímenes políticos.
![]() |
Imagen: Leandro Teysseire, para Página 12 |
El concepto de "estado de la crueldad" se relaciona con la dictadura y el terrorismo de Estado, pero no es exactamente lo mismo. Si bien los tres comparten elementos de violencia y represión, el "estado de la crueldad" se centra específicamente en la intencionalidad de infligir sufrimiento y humillación, yendo más allá de la estrategia de la represión política.
La dictadura es una forma de gobierno autoritario. El terrorismo de Estado es una estrategia de control basada en el terror. El "estado de la crueldad" es una forma de gobierno que utiliza la crueldad como un instrumento central de poder, buscando infligir sufrimiento y humillación más allá de la represión política.
Si bien el "estado de la crueldad"
comparte elementos con la dictadura y el terrorismo de Estado, se distingue por
la centralidad de la crueldad como objetivo en sí mismo. No se trata
solo de reprimir o generar miedo, sino de gozar con el sufrimiento ajeno
y utilizarlo como una forma de reafirmar el poder y destruir la dignidad
humana.
Se trata de una
herramienta analítica que permite comprender situaciones donde la crueldad se
convierte en un elemento central del ejercicio del poder, buscando no solo
reprimir, sino también humillar, degradar y destruir la dignidad humana.
El concepto indica una
preocupación creciente por las formas extremas de violencia estatal y la
necesidad de comprender sus dinámicas y consecuencias.
Es una expresión que
ha surgido en diversos contextos académicos, intelectuales y activistas para
describir situaciones políticas y sociales donde la crueldad se convierte en un
elemento central del ejercicio del poder.
En el contexto del
campo académico y de la investigación científica, se usa básicamente en eestudios sobre genocidios y crímenes de lesa humanidad; para el análisis
de casos como el Holocausto nazi, el genocidio de Ruanda y la última dictadura
militar en Argentina. Se trata de procesos sociales de violencia extrema con la
intervención del Estado. La actual situación del Estado argentino con la aplicación
de políticas de reducción presupuestaria en la ayuda social y la entrega de la
riqueza social producida por argentinos, a estados extranjeros, construye campos
sociales de violencia extrema, aunque no percibidos todavía como tales por la
población, semejantes a los procesos de exterminio en la década de los `70 en Argentina,
conocido como “Terrorismo de Estado”.
El testimonio de las víctimas de la violencia
estatal y el trabajo de las organizaciones de derechos humanos
han contribuido en el pasado a visibilizar las
prácticas de crueldad y a denunciar su sistematicidad. Actualmente se hacen
necesarios una vez más en la Argentina contemporánea, esos trabajos y testimonios.
Es posible rastrear su
uso e influencia en algunos autores.
Michel Foucault: Aunque no
utilizó la expresión "estado de crueldad" como tal, su trabajo sobre
el poder, la biopolítica y el castigo ha sido fundamental para comprender cómo
el poder se ejerce a través del control de los cuerpos y la producción de
sufrimiento. Sus análisis sobre las instituciones disciplinarias, como las
prisiones y los hospitales, muestran cómo el poder se ejerce a través de la
vigilancia, la normalización y la producción de cuerpos dóciles.
Giorgio Agamben: Este
filósofo italiano ha desarrollado el concepto de "estado de
excepción", que describe una situación en la que el poder soberano
suspende el orden jurídico y ejerce el poder de vida y muerte sobre los
individuos. Su trabajo sobre los campos de concentración y la figura del
"homo sacer" (el hombre que puede ser matado sin que se considere un
homicidio) ha contribuido a comprender cómo el poder puede ejercerse de forma
extrema y cruel.
La conexión del “estado de
crueldad” se puede rastrear también en los estudios sobre genocidios y crímenes
de lesa humanidad. Aquí citamos obras de autores como Primo Levi, Hannah Arendt
y Raul Hilberg, Emilio Crenzel, y en Argentina, Elizabeth Jelin y Daniel
Feierstein.