miércoles, 19 de noviembre de 2025

Entre la Memoria y la Urgencia: La Mesa de DDHH de Salta traza su estrategia para el 10 de Diciembre y los 50 años del Golpe

La Mesa de Derechos Humanos de Salta se prepara para conmemorar el 10 de diciembre y los 50 años del golpe de Estado con una estrategia que va más allá del recuerdo, buscando movilizar e interpelar especialmente a los jóvenes. Frente a la crisis de comunicación y la desconexión generacional, la Mesa apuesta por transformar estas efemérides en herramientas activas de acción política y pedagógica, con actividades que incluyen campañas educativas, expresiones artísticas y nuevos formatos digitales. Coordinándose además con organismos regionales del NOA, la Mesa se propone así reforzar la memoria histórica mientras enfrenta la violencia institucional contemporánea, resaltando la necesidad de una resistencia colectiva y renovada.

 

En un momento político complejo y desafiante para los derechos humanos en Argentina, la Mesa de Derechos Humanos de Salta se reúne para planificar dos fechas cruciales: el Día Internacional de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre, y el 50° aniversario del último golpe de Estado cívico-militar. La atmósfera refleja una urgencia que va más allá del calendario. El debate no es solo sobre cómo recordar, sino sobre cómo actuar. La pregunta central que guio la discusión fue: ¿Cómo hacer que estas conmemoraciones no solo miren al pasado, sino que interpelen y movilicen a una sociedad actual, especialmente a los jóvenes, que parecen estar cada vez más distante de estas luchas?

1. El Diagnóstico: Un Contexto Político que Obliga a la Acción

El punto de partida del debate es el reconocimiento de una profunda crisis de comunicación y relevancia que trasciende la coyuntura política. Más allá del "ataque a la existencia misma de los derechos humanos por parte del gobierno nacional" y la reactualización del discurso del "curro de los derechos humanos", la Mesa diagnostica una desconexión generacional. El "silencio y la no explicación" de las últimas décadas han dado como resultado una sociedad donde vastos sectores, sobre todo los más jóvenes, carecen del contexto para comprender sus propios derechos. Una anécdota compartida durante el encuentro resulta reveladora: una profesora universitaria relató que sus alumnos de tercer año no sabían definir qué son los derechos humanos. Este vacío de sentido ha fracturado el pacto social del "Nunca Más", que se revela más como un anhelo que como una realidad consolidada. Esta situación no solo vuelve a la sociedad vulnerable a narrativas hostiles, sino que obliga a redefinir radicalmente las estrategias de memoria y acción.

2. Repensando las Fechas Clave: Una Mirada Estratégica

Este crudo diagnóstico conduce inevitablemente a una resignificación estratégica de las conmemoraciones, transformándolas de efemérides en herramientas de acción política y pedagógica.

2.1. El 10 de Diciembre: Más que una Efeméride, un Lanzamiento

La Mesa concibe el próximo 10 de diciembre no como un acto aislado, sino como el punto de partida de una campaña más amplia. El objetivo es aprovechar la fecha para lanzar un esfuerzo pedagógico concreto: explicar de manera popular qué significa el 10 de diciembre, por qué se eligió ese día en conmemoración de los tratados internacionales de posguerra y por qué esos principios son fundamentales hoy. Este día marcará el inicio del "camino hacia los 50 años", un proceso de sensibilización que se extenderá durante todo el año siguiente, buscando dotar de significado histórico y presente a la defensa de los derechos humanos.

2.2. Hacia los 50 Años del Golpe: Una Construcción Colectiva de la Memoria

La propuesta para conmemorar el 50° aniversario del golpe de 1976 se aleja del concepto de un único gran acto. En su lugar, se plantea un proceso a lo largo de todo el año, construido de manera colaborativa. Se subraya la importancia de contextualizar el golpe del 76 como la culminación de una serie de quiebres institucionales previos, como los encabezados por Aramburu y Onganía. La clave, insisten los miembros, es construir una "agenda" de actividades de manera conjunta con otras instituciones —universidades, sindicatos, centros culturales— para que la conmemoración sea un proceso del que la sociedad se sienta parte integral, en lugar de un evento impuesto por los organismos.

3. El Desafío Comunicacional: Nuevos Lenguajes para Viejas Luchas

El principal desafío estratégico identificado por la Mesa es la comunicación. Existe un reconocimiento autocrítico de que los esquemas y discursos tradicionales —definidos como un "lenguaje del año de Naupas"— ya no son efectivos. Para superar este obstáculo, se discutieron varias tácticas concretas:

  • Ir donde están los jóvenes: Se planteó un cambio de escenario. En lugar de convocar en el campus universitario, la idea es realizar actividades en espacios de alta concurrencia juvenil, como la Usina Cultural. El razonamiento es directo: "los chicos ya no nos buscan", por lo tanto, es imperativo "buscar a los jóvenes" en sus propios territorios.
  • El arte como vehículo: Se propuso utilizar diversas expresiones artísticas como un canal para transmitir el mensaje. Entre las ideas surgieron la presentación de obras de teatro, la participación de un coro con repertorio temático, la organización de un ciclo de cine-debate o la inclusión de la música de una murga o un grupo de rock para atraer y movilizar.
  • Adoptar nuevos formatos: Se reconoció la necesidad de adaptarse a la lógica de las redes sociales. La propuesta es crear contenidos cortos y dinámicos, como "videos de 30 segundos" o "reels", donde distintas personalidades y ciudadanos comunes expliquen brevemente qué significan para ellos los derechos humanos, generando un mensaje coral y accesible.
  • Apalancarse en la coordinación regional: Se destacó como una fortaleza existente la red de organismos de derechos humanos de la región NOA (Catamarca, Tucumán, Jujuy y Santiago del Estero). Este activo será apalancado para unificar consignas y potenciar el impacto de las acciones, otorgándoles una escala y una resonancia que trascienda los límites provinciales.

4. Conclusión: De la Memoria del Pasado a la Violencia Institucional del Presente

Lejos de ser un ejercicio nostálgico, la estrategia de la Mesa se materializa en acciones concretas contra la violencia institucional del presente. El ejemplo más contundente es la presentación de un amicus curiae para impugnar el Artículo 18 de la Ley Orgánica Policial de Salta. Esta acción legal utiliza la memoria como un "espejo", demostrando cómo las normativas actuales que permiten detenciones arbitrarias basadas en la "cara de sospechoso" representan un "retroceso" inaceptable que replica las estructuras represivas consolidadas durante la dictadura. Así, la labor de la Mesa de Derechos Humanos se reafirma en este doble rol: preservar la memoria histórica para las nuevas generaciones y, al mismo tiempo, articular una resistencia legal y política contra las formas actuales de violencia estatal. Como deja claro esta reunión, la defensa de los derechos humanos es una lucha continua que se libra tanto en el terreno del pasado como en el del presente.

 

La Mesa de Derechos Humanos de Salta Impulsa una Acción Colectiva Contra la Ley Orgánica Policial

 La Mesa de Derechos Humanos de Salta impulsa una acción colectiva contra la Ley Orgánica Policial en un contexto de ataques políticos y negacionismo de derechos. La abogada Verónica Molina y diversos colectivos presentan un Amicus Curiae en apoyo a un Habeas Corpus colectivo que cuestiona el polémico artículo 18 de dicha ley, denunciando su carácter inconstitucional y sus implicancias represivas. La iniciativa busca unir a generaciones y organizaciones diversas para defender las libertades básicas, resaltando la necesidad de una transformación estructural frente a la violencia institucional y el retroceso en derechos humanos.

El calor de la tarde se condensa en la sala. Hay una urgencia palpable que no solo se debe a la temperatura, sino al tiempo que corre en contra: la abogada Verónica Molina, figura central del encuentro, se tiene que ir a las seis y media. En esta reunión de la Mesa de Derechos Humanos de Salta confluyen militantes históricos y una nueva generación de dirigentes estudiantiles de la Universidad Nacional de Salta. No es un encuentro más. Es una convergencia necesaria en un clima político nacional que ataca frontalmente su trabajo, en un país donde un expresidente habló del "curro de los derechos humanos" y el gobierno actual promueve políticas negacionistas. En este contexto, una batalla legal en Salta adquiere la dimensión de una trinchera nacional.

Molina, integrante de la Asociación Miguel Ragone, está aquí para exponer una acción jurídica clave: la presentación de un Amicus Curiae en apoyo a un Habeas Corpus colectivo. La iniciativa, que busca frenar una peligrosa ley policial, representa un tejido de resistencias, una alianza estratégica entre organizaciones que, aunque con trayectorias distintas, hoy se unen para defender las libertades más básicas.

Un Puente Inesperado: El Habeas Corpus de ALFA

La lucha comenzó con la presentación de un Habeas Corpus por parte de la organización ALFA. Se trata de un colectivo de abogados militantes que, según describe un miembro de la Mesa, "defienden a la gente". Su particularidad radica en una "tradición profunda de derechos humanos, pero sin embargo no están conectados con la tradición que nosotros reivindicamos". Sus raíces se hunden más en la militancia gremial, operando históricamente en una esfera paralela a la de los organismos tradicionales.

Este nuevo frente es un esfuerzo deliberado por "hacer puentes, relaciones, conectar grupos". El protagonista de la acción de ALFA, el Dr. Álvaro Camacho, encarna la urgencia de esta lucha. No es un teórico de la violencia estatal; la ha sufrido en carne propia. Fue detenido y vejado mientras defendía a otra persona, una experiencia que le permitió "pasar la cosa por el cuerpo" y comprender los mecanismos de la violencia institucional desde adentro. Su caso personal se convirtió en el motor de una causa colectiva.

La Herramienta Jurídica: El Amicus Curiae

Verónica Molina, abogada que ha vuelto a su provincia para "retomar esta parte militante", explica a los presentes la herramienta que han elegido para sumarse a la causa. El Amicus Curiae, define, es un "amigo del tribunal": una presentación que aporta informes y situaciones específicas para que el o la la jueza las considere en su decisión.

Esta no es una presentación individual, sino una acción colectiva que une a la Asociación Ragone con numerosos representantes de la Mesa de Derechos Humanos. El objetivo es robustecer el Habeas Corpus original con argumentos que demuestren el carácter inconstitucional y lesivo del artículo cuestionado de la ley policial.

En la Mira: El Polémico Artículo 18

El objetivo de ambas acciones es el artículo 18 de la Ley Orgánica Policial de Salta. Molina lo resume con crudeza: "avasalla muchos derechos, entre eso el derecho al tránsito, a la libertad". La norma, argumentan, otorga a la policía una discrecionalidad peligrosa, permitiéndole detener a cualquier persona simplemente por tener "cara de sospechoso", sin que medie la comisión de un delito.

El argumento central es que esta ley provincial, por más orgánica que sea, está por debajo de los tratados internacionales de derechos humanos con jerarquía constitucional. Su contenido, lejos de ser un progreso, representa un claro "retroceso" en materia de derechos conquistados.

Memoria, Interseccionalidad y un Desafío a la Estructura

El Amicus Curiae va más allá de un análisis puramente jurídico, adoptando un enfoque transversal para desnudar la complejidad del problema. La estrategia se basa en varios pilares:

  • Enfoque Transdisciplinar: El informe integra elementos de la sociología, la psicología y, fundamentalmente, la memoria colectiva para contextualizar el impacto de la ley.
  • El "Efecto Espejo": La estrategia busca trazar un paralelismo entre la represión actual y la de la década de los 70. El objetivo, explica Molina, es mostrarle al tribunal que la nueva legislación no es un "avance" sino un "retroceso" y evidenciar la continuidad en las prácticas represivas del Estado.
  • Perspectiva Interseccional: La acción conecta las luchas de diversos colectivos sistemáticamente vulnerados por el accionar policial: jóvenes detenidos por "averiguación de antecedentes", vendedores ambulantes y "trapitos" criminalizados, y la comunidad trans, cuya lucha por la identidad consagrada en la ley se ve amenazada.
  • Transformación Estructural: La presentación incluye un argumento fundamental que eleva la discusión. "Lo que agregamos nosotros es decir que no basta con lo punitivo, sino que la transformación tiene que ser estructural", se afirma en el documento. El problema no es solo un policía que abusa, sino el andamiaje político que sostiene esa estructura represiva.

El caso del habeas corpus presentado por la Organización ALFA está en manos de la jueza Mosman, una figura que genera una cautelosa expectativa en las organizaciones por ser descrita como "bastante progre, humana" y, sobre todo, "muy seria" en su trabajo.

El Llamado a la Acción: Vulnerabilidad y Nuevas Estrategias

"Necesitamos la participación de toda la sociedad para que los jueces le den atención a esto", afirma un militante. Esta frase, más que un eslogan, es el reconocimiento de una crisis. La necesidad de apoyo social nace de una autocrítica profunda sobre la incapacidad del movimiento para conectar con las nuevas generaciones. "Seguimos manejando esquemas de comunicación, utilizando un lenguaje del año de Ñaupas, que no llegan", admite uno de los presentes.

La cruda realidad es que, según sus propios análisis, "hoy el 70% de los jóvenes está con" la nueva derecha. Este diagnóstico obliga a un cambio de estrategia. El llamado al Centro de Estudiantes de Humanidades y a los participantes del encuentro LGTBQ+ "Tejeríos" no es solo para sumar firmas, sino para pedir ayuda, para encontrar nuevas formas de comunicar. Necesitan aprender a usar las herramientas de hoy —videos de 30 segundos, TikTok, "reels"— para que su mensaje no quede aislado en un grupo cada vez más reducido.

Construir Puentes Contra el Retroceso

La iniciativa impulsada en Salta es mucho más que una disputa legal. Es un esfuerzo consciente por "hacer puentes, relaciones, conectar grupos" que durante años han luchado de manera fragmentada. Es una batalla contra la reinstalación de "viejas estructuras" represivas que, aunque se vistan con leyes nuevas, perpetúan las lógicas autoritarias del pasado.

En un momento en que los cimientos de los derechos humanos son atacados desde el poder central, esta confluencia en Salta emerge como un laboratorio de resistencia. La colaboración entre organizaciones de distintas tradiciones y la búsqueda desesperada de un nuevo lenguaje para dialogar con los jóvenes se presentan como la única herramienta posible para defender, colectivamente, las conquistas de la democracia.

 

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