La evolución del Centro Comunitario ALFA en Salta, impulsado
por la Fundación Proyectar, representa el paso de la asistencia legal
tradicional hacia el litigio estratégico y colectivo, consolidando un modelo de
abogacía comunitaria que defiende los derechos humanos, promueve la formación
jurídica con perspectiva social y territorial, y empodera a los sectores
vulnerables como motor de cambio social en el norte argentino.
La evolución de la Fundación ALFA en Salta, un colectivo de
abogados dedicados al litigio, no se comprende como un simple crecimiento
institucional, sino como una profundización del compromiso social y la
estrategia jurídica comunitaria. Esta fundación se cristaliza en el Centro
Comunitario ALFA (Asistencia Legal, Formación y Alfabetización Jurídica),
un brazo operativo de la Fundación Proyectar, cuya trayectoria refleja la
necesidad de construir un acceso a la justicia que trascienda los límites
formales y se arraigue en la realidad de los sectores vulnerables.
En sus inicios, la propuesta de ALFA se distingue por no
limitarse a la asesoría legal tradicional. Su denominación (ALFA) sintetiza sus
tres pilares: Asistencia Legal, Formación y Alfabetización Jurídica.
Este enfoque multidisciplinario establece la base de su evolución. El
componente de Asistencia Legal —que incluye el litigio— siempre estuvo
orientado a la solidaridad y a la defensa de los derechos humanos de
personas y comunidades en situaciones de vulnerabilidad, especialmente en el interior
salteño. El pilar de Formación asegura la sostenibilidad de su misión,
entrenando a jóvenes letrados en el ejercicio del derecho con una clara perspectiva
social y territorial. Finalmente, la Alfabetización Jurídica busca
desmonopolizar el conocimiento legal, empoderando a las comunidades para que se
apropien y utilicen el derecho como una herramienta de transformación.
La verdadera madurez y evolución de ALFA se evidencia en su
migración hacia el litigio estratégico y las acciones colectivas. El
equipo de abogados, liderado por figuras como Álvaro Arias Camacho, ha pasado
de casos puntuales a intervenir en problemáticas estructurales que afectan a
grandes grupos sociales, utilizando las herramientas del derecho para generar
precedentes y cambios sistémicos:
Defensa
de las Garantías Constitucionales: Una de sus intervenciones más
destacadas se dio a través de la presentación de un hábeas corpus
colectivo. Esta acción fue dirigida contra lo que denominaron un
"operativo trapito" y denunció la existencia de detenciones
arbitrarias y el alojamiento de personas en situación de
vulnerabilidad en el Centro de Contraventores de Salta sin las debidas
garantías procesales. Este litigio expone las prácticas policiales que
criminalizan la pobreza y la vulnerabilidad.
Protección
de Niños, Niñas y Adolescentes: ALFA ha ejercido activamente la figura
de amicus curiae (amigos del tribunal) para respaldar recursos
legales contra la detención de menores de 16 años no punibles en centros
penales. Con esta intervención, buscan impulsar la inconstitucionalidad
de normativas provinciales que facultan a los jueces a disponer medidas de
seguridad que culminan en la privación de libertad de la infancia y
adolescencia vulnerable.
Transparencia
y Control Público: Demostrando un compromiso con la calidad
institucional, el Centro Comunitario ALFA se unió a otras organizaciones
de la sociedad civil para presentar una acción de amparo ante la Corte de
Justicia. El objetivo fue demandar a todos los poderes del Estado salteño
por la falta de reglamentación e implementación efectiva de la Ley de
Acceso a la Información Pública.
La evolución del Centro Comunitario ALFA en la Fundación Proyectar,
es un claro ejemplo de cómo la abogacía puede transformarse de una profesión de
asistencia individual a un motor de cambio social organizado. Su
trayectoria en Salta refleja una consolidación en el litigio estratégico
solidario, buscando no solo resolver conflictos, sino también desafiar y
modificar las estructuras normativas y prácticas institucionales que perpetúan
la desigualdad y la violación de derechos. ALFA ha logrado posicionarse como un
actor fundamental en la defensa de los derechos humanos y un constructor activo
de una justicia más igualitaria y accesible en el norte argentino.
La reunión entre el abogado Álvaro Camacho,
representante de su organización de abogacía popular y comunitaria ALFA
(Asistencia Legal, Formación y Alfabetización Jurídica), y la Mesa de
Derechos Humanos de Salta, se concibió como un encuentro estratégico
destinado a explorar la articulación de acciones conjuntas en la defensa de los
derechos humanos y la lucha contra las violaciones institucionales. Durante el
encuentro se intercambiaron miradas sobre la historias, las miradas y las
posiciones filosófico-política de las instituciones.
Álvaro Arias Camacho representa una figura singular en el
ámbito jurídico de Salta, caracterizado por una profunda ruptura con la
abogacía tradicional. Su trayectoria se define por un compromiso militante con
los sectores vulnerabilizados, una visión crítica del derecho como herramienta
de poder y la implementación de un litigio estratégico con un enfoque integral
que trasciende los tribunales. A través de la fundación ALF, ha desarrollado un
modelo de trabajo colectivo y solidario que busca no solo la resolución de
casos individuales, sino el empoderamiento jurídico de las comunidades y la
transformación de estructuras sistémicas de injusticia.
La historia de la organización ALF en Salta, fundada por
Álvaro Camacho y tres colegas hace aproximadamente diez años, representa un
ejemplo paradigmático de cómo la abogacía puede trascender sus límites
tradicionales para convertirse en un motor de cambio social. El origen de ALFA
se sitúa en el barrio Castañares, donde, recién egresados de la universidad,
sus fundadores decidieron crear una estructura dedicada a la asistencia
jurídica solidaria y gratuita, enfocándose especialmente en víctimas de
violencia de género y problemáticas familiares. Este primer enfoque respondía a
una necesidad urgente de protección y acompañamiento para los sectores más
vulnerables de la sociedad.
Sin embargo, el trabajo directo en el territorio, “en la
calle y a los golpes”, sin mentores ni apoyos institucionales, llevó a Camacho
y su equipo a enfrentarse con una realidad mucho más compleja. Pronto
comenzaron a recibir casos que excedían su objetivo inicial: violencia
policial, detenciones arbitrarias y defensa de vendedores ambulantes, entre
otros. Esta experiencia les permitió comprender la multiplicidad de violaciones
de derechos humanos presentes en su entorno y la necesidad de ampliar su campo de
acción.
El verdadero punto de inflexión llegó hace aproximadamente
cinco años, cuando la organización experimentó una transformación fundamental.
ALF redefinió su nombre y su misión, pasando a ser ALFA (Asistencia Legal,
Formación y Alfabetización Jurídica). Este cambio no fue meramente nominal,
sino que reflejó una profunda revisión de su filosofía y metodología de
trabajo. Abandonaron el rol de meros litigantes para adoptar un enfoque
integral y político, entendiendo que la defensa de los derechos humanos
requiere no solo la resolución de casos individuales, sino también la formación
y el empoderamiento jurídico de las comunidades.
La práctica de Camacho está fundamentada en una perspectiva
crítica del derecho, nutrida por corrientes como la abogacía popular, la
abogacía comunitaria y la teoría crítica del derecho. Esta visión lo ha
llevado a un enfrentamiento directo con la concepción tradicional de la
profesión, especialmente la defendida por el Colegio de Abogados de Salta.
" Yo entiendo el derecho no como la forma de
solucionar al problema, sino como el problema en sí, digamos. El derecho es el
problema, porque el derecho lo establecen los más fuertes, los más poderosos,
en desmedro de los más débiles". (Arias Camacho)
Desde esta premisa, su estrategia consiste en "usar las
armas del enemigo para luchar contra el enemigo", utilizando los
intersticios del sistema, fundamentalmente los derechos humanos, como
herramientas para impulsar reformas jurisprudenciales y legales.
Los pilares de su modelo de trabajo son:
Enfoque
Integral: El trabajo jurídico no puede ser meramente técnico; debe ser
a la vez pedagógico, político, social y cultural.
Ruptura
de la Relación Abogado-Cliente: Se rechaza el concepto capitalista de
"cliente" para construir una relación de colaboración "lado
a lado" con las personas y comunidades a las que asisten.
Empoderamiento
y Desmonopolización: Se busca "desmonopolizar el conocimiento
jurídico", tradicionalmente vedado a quienes sufren los atropellos.
Esto se logra a través de talleres, charlas y un trabajo conjunto con las
organizaciones y los afectados.
Militancia
Activa: La práctica legal se complementa con una presencia activa en
el territorio: participación en marchas, viajes a comunidades indígenas en
el norte y apoyo directo en conflictos sociales, como las protestas en
Jujuy, donde impartió talleres en la ruta.
La trayectoria de Camacho está marcada por una serie de
acciones judiciales de alto impacto que evidencian su enfoque estratégico y su
disposición a confrontar al poder.
Durante la pandemia, Camacho presentó en solitario un habeas
corpus contra el gobierno provincial por la vulneración de derechos de jóvenes
en situación de privación de libertad. Esta acción, realizada cuando nadie se
animaba a denunciar, le acarreó graves consecuencias personales:
Un
juez solicitó su sanción y el pago de las costas del proceso.
Enfrentó
la posibilidad de perder su matrícula profesional.
Luchó
el caso durante dos años hasta que la Corte de Justicia falló a su
favor, estableciendo un apercibimiento para el juez por su mal manejo
del caso.
Este episodio fue crucial, ya que a través de Mirta Torres
(de la Red por la Defensa de los Derechos Humanos) entró en contacto con
Eduardo "Negro" Suárez de la Gremial de Abogados y Abogadas de la
República Argentina, una organización de gran trayectoria compuesta por ex
presos políticos y militantes históricos.
La alianza con la Gremial significó un punto de inflexión,
asociando a ALFA con una estructura nacional de gran peso y experiencia.
Camacho se convirtió en el único referente de la Gremial en el norte del país,
participando activamente en causas de relevancia nacional:
Causas
Mapuches, incluyendo el juicio en la Patagonia.
Causa
de la Machi Betiana Colhuan Nahuel (Caso Mascardi).
Caso
de Facundo Molares.
"Aprendí un montón, pues son tipos, son una
institución, digamos, lo que saben y la lectura que tienen. Entonces, para mí
ha sido un crecimiento importante". (Alvaro Camacho)
Uno de los casos más emblemáticos liderados por Camacho es
el habeas corpus colectivo presentado por las condiciones inhumanas en el
Centro de Contraventores de Salta. Este caso es un ejemplo paradigmático de su
método, transformando una experiencia personal en una acción política de
alcance estructural.
Origen:
El caso surge tras la propia detención arbitraria de Camacho, donde
fue testigo directo del trato degradante que recibían otras personas
detenidas.
Investigación
de Campo: Al ser liberado, junto a su equipo, inició un trabajo de
campo estratégico: salieron al territorio, realizaron encuestas a personas
en situación de calle y constataron que el 99% de ellas no denunciaba
por miedo, a pesar de sufrir abusos semanales.
Estrategia
Judicial: Para asegurar la legitimación procesal, el habeas corpus fue
presentado por ALFA y la Gremial de Abogados. Paradójicamente, el
juez aceptó la legitimación personal de Camacho por el hecho de haber
estado detenido.
Alianza
Clave: Se articuló una colaboración estratégica con Rodrigo Sola
del Comité de Prevención de la Tortura. A través de esta alianza
lograron testimonios de interés para la causa.
Impacto
Inmediato: El juzgado ordenó colocar afiches dentro del Centro de
Contraventores y en la página web oficial de la Policía de Salta,
detallando la demanda y los derechos de las personas detenidas, para que
supieran que la causa estaba vigente.
El caso se encuentra actualmente en la Corte de Justicia de
Salta, a la espera de una resolución sobre la competencia, una situación que,
según Camacho, fue una "chicana" de la policía para demorar el
proceso.
Uno de los ejes fundamentales de la actuación de ALFA es el acceso
a la información pública, donde ha sido co-actora en un amparo colectivo
contra los tres poderes del Estado por la falta de reglamentación de la ley
provincial. Esta acción evidencia la importancia de la transparencia
institucional como pilar para la protección de los derechos ciudadanos.
En el ámbito de la violencia institucional, la
organización ha obtenido múltiples victorias judiciales contra el Estado en
casos de “gatillo fácil” y violencia policial. Estas causas no solo buscan
justicia para las víctimas, sino que también desafían las prácticas abusivas y
la impunidad que suelen rodear a las fuerzas de seguridad.
El compromiso con los derechos de la diversidad se
refleja en el amparo ganado hace dos años, que obligó al hospital público de
Salta a garantizar el acceso a la salud para jóvenes trans, conformando un
equipo especializado. Esta intervención marca un avance significativo en la
inclusión y el reconocimiento de derechos para colectivos históricamente
marginados.
En cuanto al abuso sexual en la infancia, ALFA ha
desarrollado un acompañamiento integral a las víctimas, desde la denuncia y la
querella hasta el juicio oral. Este enfoque multidisciplinario y humano es
esencial para enfrentar una problemática tan sensible y compleja.
Las causas ambientales también forman parte del
repertorio estratégico de la organización, con litigios activos como el amparo
por el basurero de San Javier y la denuncia penal contra la empresa Inversora
Juramento por contaminación del río. Estas acciones demuestran la relevancia de
la defensa del medio ambiente como parte inseparable de los derechos humanos.
Finalmente, el trabajo directo y los talleres con comunidades
indígenas del norte de la provincia evidencian el compromiso territorial y
la vocación pedagógica de ALFA. La alfabetización jurídica y la formación en
derechos son herramientas clave para el empoderamiento de los sectores más
vulnerables.
En suma, la trayectoria de Álvaro Camacho y ALFA ilustra
cómo la abogacía puede convertirse en un motor de transformación social,
articulando estrategias jurídicas innovadoras y un compromiso militante con la
justicia y la dignidad humana.
El modelo de trabajo de ALF y Camacho se sostiene sobre
principios de independencia y solidaridad, rechazando financiamiento estatal
para preservar su autonomía.
Autofinanciamiento:
Camacho financia su militancia con su trabajo profesional. Declara que
"el 50% del trabajo que hago es gratis" y que actualmente lleva
más de 1000 causas simultáneamente.
Solidaridad
Interna: Los abogados con más experiencia apoyan a los más jóvenes,
sumándolos a sus estudios, pasándoles causas o recomendándolos para
concursos.
Sistema
de Honorarios Diferencial: En casos donde es posible (familia, daños),
los abogados no cobran a la víctima carente de recursos. En cambio, si se
gana el juicio, los honorarios son pagados por la parte demandada que
causó el perjuicio.
Este modelo refleja una convicción profunda de que la
defensa de los derechos humanos exige un sacrificio personal y un compromiso
inquebrantable con las causas que se defienden.
La reunión entre Álvaro Arias Camacho, representante de la abogacía
popular y comunitaria ALFA, y la Mesa de Derechos Humanos de Salta,
no fue un mero acto protocolar, sino la formalización de una alianza
estratégica que asegura la continuidad y la efectividad de la lucha
por los derechos humanos en la provincia. La relación entre ambas partes se
fundamenta en un interés mutuo y complementario, crucial para enfrentar
el contexto de violencia institucional y vulnerabilidad social en Salta.
La conclusión más relevante de este encuentro radica en la perfecta
sinergia que se establece entre el capital político e histórico de la Mesa
y la capacidad de litigio técnico-estratégico de ALFA.
Lo
que Aporta la Mesa (Historia y Legitimidad): La Mesa de Derechos
Humanos, compuesta por organizaciones históricas y militantes con profunda
trayectoria (Familiares de Desaparecidos, Asociación Ragone, HIJOS, entre
otras), proporciona la legitimidad política e histórica a la lucha.
Su voz representa la memoria colectiva y la ética inquebrantable del
"Nunca Más", siendo un reaseguro moral contra la impunidad. Su
rol es vital para la vertebración de la memoria y la concientización
social.
Lo
que Aporta ALFA (Litigio Estratégico y Sostenibilidad): El equipo de
ALFA, liderado por Camacho, ofrece a la Mesa la capacidad de acción
judicial directa y militante. Con una visión de "abogacía
popular" que rompe con el modelo tradicional, ALFA posee la capacidad
técnica y la disposición ideológica para llevar a cabo el litigio
estratégico que la Mesa necesita. Su rol como "referente de la
Gremial en el norte" y su enfoque en el Habeas Corpus
colectivo, el Amparo contra los poderes del Estado y las causas de violencia
institucional, llenan un vacío esencial en la estrategia de derechos
humanos.
La articulación entre ambos actores simboliza la evolución
de la agenda de derechos humanos en Salta. La Mesa, si bien nace del trauma
del Terrorismo de Estado, ha expandido su enfoque a la violencia
institucional contemporánea (policial, penal, etc.), la violencia de
género, y los derechos ambientales.
En este nuevo escenario, ALFA se convierte en el brazo
judicial operativo ideal, capaz de transformar las denuncias sociales en
acciones jurídicas de alto impacto. El interés explícito de la Mesa en el Habeas
Corpus colectivo de Camacho contra el Centro de Contraventores —ofreciendo
presentar un Amicus Curiae— es la prueba más clara de esta colaboración.
Esta acción conjunta busca desafiar las prácticas policiales y la
criminalización de la pobreza mediante una estrategia que combina la
capacidad técnica con la visibilidad política.
La relación entre ALFA (Camacho) y la Mesa de Derechos
Humanos de Salta trasciende una simple coordinación. Es un pacto de mutuo
reconocimiento en el que la experiencia histórica de la Mesa
legitima y protege la acción audaz y la militancia técnica de ALFA,
mientras que esta última proporciona las herramientas legales para asegurar la continuidad
y efectividad de la lucha en los tribunales. Esta sinergia es fundamental
para impulsar reformas sistémicas y asegurar que el "Nunca Más" no
solo se recuerde en el pasado, sino que se defienda activamente en el presente
social y judicial de Salta.